¿Quieres conocer a tus clientes?
¿Quieres conectar con ellos?
¿Quieres vender más?
Eso lo tenemos claro los dos.
Soy Jose Mejuto, cada semana envío dos correos electrónicos con ideas para conocer, fidelizar y ganar clientes. ¿A quién? A las personas que están suscritas a mi newsletter, pero no lo voy a subir a mi web ni a colgar en ningún lado, así que…
Si estás dentro recibes la idea, si estás fuera, no la recibes y no la puedes leer en ningún sitio.
¡Sencillo!
Así que…
¿Quieres conocer esas ideas? Escribe tu email y listo.
¡Ah!
Tienes dudas como, ¿qué pasa si cambias de opinión? Pues te das de baja con un clic y tan amigos.
Por supuesto, no te enviaré spam ni tampoco esperes un email «oficial», de esos corporativos que huelen a rancio.
De momento tampoco te voy a vender nada, que siempre está el listo que dice: «Esto lo hace para sacarte el dinero», pues no, qué quieres que te diga. Quién sabe si mañana me levantaré con algo de energía y tendré las fuerzas necesarias para invitarte a que compres uno de mis libros, no por quitarte la pasta, sino para que te ayude a mejorar en algo.
En el fondo esto es como cuando estás sentado tomando un café con alguien que acabas de conocer y en medio de la conversación te pregunta si quieres f*llar.
Al principio te sorprendes, después analizas los pros y los contras, le vuelves a dar una vuelta, de arriba abajo, de izquierda a derecha, y quién sabe si acabarás pasando una noche loca o estarás en menos de dos minutos en un Taxi camino de tu casa mientras en la radio suena el Fary.
Ocurra lo que ocurra, la decisión siempre será tuya.
Ahora te estarás preguntando: ¡Ok! ¡Vale! Pero…, ¿qué me vas a regalar?
Pues nada.
¿Ni un ebook ni un taller ni un mini curso?
Nada, lo has leído bien, no te voy a regalar nada. Los correos que vas a recibir hablarán por si mismos (además, ¿de qué tienes miedo? Con un clic te das de baja y después se lo recomiendas a alguien que te caiga mal, para que se j*da).
Las personas que han trabajado conmigo, dicen muchas cosas, entre ellas, estas.
También hubo alguna persona que dijo que esperaba más y algo distinto, otra que no sabía muy bien cómo aplicar lo que yo le decía porque no entendía nada y alguna me recriminó que el taller necesitaba otro lugar (esto es real: no le gustaba el sitio porque la máquina de café quedaba muy lejos).
Hay más comentarios y anécdotas que contar, pero te puedes hacer una idea. (Si no te la haces me llamas y te cuento).
Bueno, creo que ya es suficiente. Si quieres conocer, fidelizar y ganar más clientes, seguro que te interesa. En caso contrario, sigamos con nuestras vidas, eso sí, no olvides lo fácil que es.