Si eres una persona práctica y vienes a lo que vienes, darte de alta y recibir el email diario… es aquí debajo.
Pero que sepas, porque no lo sabrás, que en cuanto te suscribas tendrás acceso a un video de 16 minutos donde te explico tres conflictos por los que puedes estar pasando en tu día a día y sus posibles soluciones (a parte de alguna cosita más).
Por ejemplo, en el minuto 1:39 ya tienes el primer conflicto (no vamos a perder el tiempo), pero es que en el minuto 8:50 tienes un ejemplo fantástico para sanar el segundo conflicto.
Y en el minuto 12:00 te hago una sugerencia para que mejores tu vida de una forma radical.
No te digo más.
Ahora, si tienes un par de minutos, te gusta masticar la vida y quieres conocerme un poco más, sigue leyendo porque…
El domingo es un día perfecto de sofá y mantita, ¿verdad?
¡A no ser que la mantita te quiera matar!
Te voy a contar una historia sobre poner límites. Yo no lo hice y al final, casi muero a manos de la mantita del sofá.
Será mejor que empiece desde el principio.
Fallas, ya sabes, fiesta, fuegos, quedar con gente, dormir poco y claro, llega un día que después de comer, no es que te dé la modorra, es que no puedes mantener los ojos abiertos.
No te rías, seguro que conoces esa sensación.
Creo que es una sensación universal, por un tema digestivo y esas cosas, pero no vamos a entrar ahí porque las Fallas y la fiesta nocturna tuvieron mucho que ver.
El tema es que ahí estaba yo, con el mando de la TV en la mano, tirado en el sofá (como si hubiera caído de una avioneta a 1.000 metros de altura), buscando una película que no vería acabar.
Como sentía algo de fresquito, busqué la “mantita fea” que todo el mundo tiene en el sofá.
Sí, es fea.
Quizá creas que la tuya es bonita, pero no, desengáñate, es fea.
Bueno, ahí estaba yo, colocando la mantita mientras empezaba la película y sintiendo como el sueño corría por todo mi cuerpo a la velocidad de la luz.
Creí que iba a perder el conocimiento antes de ver la primera escena de la película, pero no, aguante hasta la segunda o tercera, creo, no lo recuerdo muy bien.
Dormí un rato largo, que me pareció muy corto, pero el problema no fue dormir, fue despertar.
Me ahogaba, no podía respirar.
Estaba debajo del agua y no me llegaba el aire a los pulmones, ¿era un sueño?, sí, era un sueño, pero muy real.
Me incorporé en el sofá mientras absorbía a bocanadas el aire de toda la habitación y me di cuenta de quién me estaba ahogando era la maldita mantita, que además de fea era peligrosa.
Se subió a la cabeza o la puse yo mientras soñaba que nadaba o fue mi pareja que intentaba decirme algo, no sé.
Las experiencias malas de la vida se viven así: No se esperan, nos sorprenden y podemos, la mayoría de las veces, salir despertando.
Despertar en el sentido figurado, quizá te resuene más: tomando consciencia (despertar).
La mayoría de las veces nos cuesta encontrar el «despertador» apropiado para ese «despertar».
Yo pongo mi granito de arena todos los días, si te ayuda…
Disculpa, no paro de hablar.
Será mejor que me explique, soy Jose Mejuto, cada día envío un email con ideas, herramientas, consejos, etc. para que te conozcas, mejores tus relaciones y tengas una vida más plena.
¿Qué?
Sí, para que te conozcas, mejores tus relaciones y tengas una vida más plena.
¿Cómo?
¡Para que despiertes!
¡Aaaaah!
Bien.
Por eso, si te suscribes, recibirás un email cada día.
Pero te repito lo que te he dicho antes, que sepas, porque no lo sabrás, que en cuanto te suscribas tendrás acceso a un video de 16 minutos donde te explico tres conflictos por los que puedes estar pasando en tu día a día y sus posibles soluciones (a parte de alguna otra cosita de más).
Por ejemplo, en el minuto 5:30 tienes el segundo conflicto, pero es que en el minuto 8:50 tienes un ejemplo fantástico para sanar ese problema.
Y en el minuto 12:00, sí, en el doce, te hago una propuesta para que cambies tu vida de una forma radical.
El email, aquí abajo.
¿Es así de fácil?
Sí, pero solo lo recibirán las personas que estén suscritas, no lo voy a subir a mi web ni a colgar en ningún lado, así que…
Si estás dentro recibes el email despertador diario, si estás fuera, no lo recibes y no la puedes leer en ningún sitio.
¡Sencillo!
Por lo tanto…
¿Quieres leerlo? Escribe tu email y listo.
¿Qué pasa si cambias de opinión? Pues te das de baja con un clic y tan amigos.
Por supuesto, no te enviaré spam ni tampoco esperes un email «oficial», de esos corporativos que huelen a rancio.
Lo que sí, eso te lo quiero dejar claro, te informaré de los cursos (online o presenciales) que pueda impartir, libros, etc.
Sabrás de todo lo que hago, gratis y de pago.
Cuanta más información tengas mejor, luego ya decides tú.
Lo cierto es que siempre está el listo que dice: «Esto lo hace para sacarte el dinero». Sacarte el dinero suena a robar y si, por ejemplo, yo te informo de que he publicado un libro y tú lo quieres comprar (porque puedes decidir no comprarlo, ¿cómo te voy a obligar?), será un intercambio maravilloso.
El futuro es algo tan… desconocido.
Quién sabe si mañana me levantaré con algo de energía y tendré las fuerzas necesarias para invitarte a que compres uno de mis libros, no por quitarte la pasta, sino para que te ayude a mejorar en algo.
En el fondo esto es como cuando estás sentado tomando un café con alguien que acabas de conocer y en medio de la conversación te pregunta si quieres f*llgr.
Al principio te sorprendes, después analizas los pros y los contras, le vuelves a dar una vuelta, de arriba abajo, de izquierda a derecha, y quién sabe si acabarás pasando una noche loca o estarás en menos de dos minutos en un Taxi camino de tu casa mientras en la radio suena el Fary.
Ocurra lo que ocurra, la decisión siempre será tuya.